Uno de los negocios al alza de la familia Rosell es la venta de contenedores de residuos urbanos. El que fue presidente de la patronal CEOE Juan Rosell es copropietario de la empresa Rototank, especializada en la fabricación de depósitos y contenedores de basura en la localidad alicantina de Biar. El empresario se hizo con el 50% de la compañía en el 2019, mientras que la otra mitad del capital quedó en manos del socio fundador, Jesús de Juan.
Desde entonces, la compañía ha crecido año tras año fabricando y comercializando contenedores a grandes grupos de gestión de residuos –Sacyr, FCC, Urbaser, Acciona…–, ayuntamientos, diputaciones y otras instituciones. A lo largo de este tiempo, ha destacado su apuesta por la innovación a través de la filial Urban Gravity, con sede en Barcelona y dirigida por Johnny Rosell, hijo de Juan Rosell.
Entre la actividad de Urban Gravity sobresale la creación del sistema Diamond, que el año pasado ganó el premio al mejor diseño en la feria del plástico de Barcelona, Equiplast, por su sistema de carga trasera a multilateral. “Hemos cerrado un acuerdo de comercialización con la multinacional alemana Schaefer para entrar en diferentes mercados europeos. También queremos fortalecer nuestra presencia en Latinoamérica, donde el año pasado cerramos un contrato en Argentina. Más adelante, nos gustaría entrar en Estados Unidos”, comenta Johnny Rosell.
Para hacer frente al crecimiento internacional, la empresa tiene previsto abrir otro centro productivo a finales del próximo año 2022. “Estamos acabando de decidir la localización, será en Alicante o en Barcelona. Vamos a invertir alrededor de 3 millones de euros en la construcción”.
En cuanto a los resultados, la facturación de la empresa alcanzó los 7 millones de euros en el 2020 y este año prevé llegar a los 8 millones. El ebitda (beneficio bruto) se sitúa en los 1,2 millones de euros, asegura el directivo. “Vendemos múltiples variedades de contenedores pero el producto estrella es el Roto Urban 1300-1800, que destaca por tener una altura de solo 1,5 metros, cuando antes lo habitual era 1,70 metros”. Esta medida, sostiene el directivo, mejora la accesibilidad de los ciudadanos (especialmente los de edad avanzada) a los contenedores y también reduce el impacto visual en la calzada.
Actualmente, la empresa emplea a 45 personas, entre la fábrica de Biar y la filial de Urban Gravity en Barcelona.
Fuente: https://www.lavanguardia.com/economia/20211005/7768127/contenedores-diseno-rototank-urban-gravity.html